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El pasado jueves 28 de septiembre, nuestro espacio Petit Comité se vistió de gala una vez más con motivo de un acontecimiento muy importante. Tras un breve descanso en los meses estivales, había llegado el momento de retomar nuestros apreciados eventos con unos anfitriones inigualables. 

Para este nuevo comienzo de temporada contamos con Aaron Ortiz y Jaione Aizpurua, dos jóvenes talentos de la gastronomía. Ellos son, junto a su gran equipo, los responsables del Restaurante Kabo, un espacio gastronómico inspirado en el concepto ‘Metamorphosis’. Su cocina está basada en productos de calidad de kilómetro cero, innovación y, sobre todo, una gran pasión por la gastronomía. El gran saber hacer de quienes le dan vida al proyecto han hecho que Kabo haya recibido ya importantes reconocimientos. Ejemplos de ello son el Sol Repsol y el sello de Recomendado de la Guía Michelín con los que cuenta. Ambos, más que merecidos.

La noche se inició con una recepción muy burbujeante en la zona ajardinada de Petit Comité. Desde su llegada, los asistentes fueron recibidos con una refrescante copa de champagne y tuvieron ocasión de compartir sus inquietudes entre ellos y con los anfitriones de la velada. En Châpeau Wines creemos que no hay mejor manera que esta para comenzar un gran evento. Tras unos momentos distendidos en los que las confidencias fueron las protagonistas… Fue momento de tomar asiento en una gran mesa presidencial dispuesta en el interior de Petit Comité y comenzar con lo prometido. 

La cena maridaje comenzó con una selección de tres snacks que fueron la introducción perfecta a los sabores y sensaciones que iban a experimentarse después. Maridados junto a uno de los champagne de nuestra maison por excelencia, Champagne Lombard Grand Cru, los comensales degustaron lo siguiente. En primer lugar, un crujiente de panipuri con un cremoso de foie de Martiko, anguila, manzana, cebolla encurtida y peta-zetas. Indudablemente, una combinación de lo más sugerente. El segundo snack fue un bollito de leche de oveja con cordero desmigado estofado, tomate seco y queso roncal. Por último, una croqueta melosa de cerdo de Euskalcherri. Una elaboración que, para los grandes amantes de las croquetas, era un auténtico espectáculo en boca.

Tras esta introducción de sabores tan diversa y exquisita, era tiempo de probar los cuatro pases principales que iban a elevar la experiencia. Como primera apuesta, los presentes pudieron degustar una cebollica asada con tomillo y cerveza, uno de los platos por excelencia del restaurante. Para Kabo, la cebolla es uno de los productos más humildes de la huerta y merece recibir el mayor protagonismo posible. Como maridaje, los comensales pudieron disfrutar de uno de los txakolís de Oxer Wines, Marko. Es un vino blanco elaborado con uvas de Hondarribi Zuri Zerratia, Hondarribi Zuri e Izquiriota Handia y con un envejecimiento de cuatro meses sobre lías. 

En segundo lugar, los chefs ofrecieron su versión de tomate feo con atún rojo y vinagreta. Una combinación de lo más apetitosa que se maridó con una de las elaboraciones de Rodríguez y Sanzo en la DO Toro. Gotas de Noche, un vino rosado fruto de uvas Tempranillo, Garnacha, Verdejo y Albillo con tres meses de crianza en barrica. Un vino fresco y con una acidez de lo más energizante que potenciaba las sensaciones de este plato. 

En tercer lugar, se presentó a una de las grandes estrellas de la noche. Un plato protagonizado por papada, foie y cigala que fue un auténtico espectáculo sensorial. Esta gran obra contó con un maridaje a su altura, un vino fruto de la milla de oro de la enología. Persevero Grand Cru, una de las elaboraciones del Château La Grace Fonrazade, fue el escogido para la ocasión. Un vino Merlot con 19 meses de crianza que se fundió en armonía con los sabores de este tercer pase. Un verdadero deleite.  

En cuarto lugar, los comensales tuvieron la oportunidad de probar el pío navarro con coliflor y trufa. Una carne de lo más suave y jugosa, aderezada con el gran sabor de Kabo. Sin duda, una delicia que sorprendió a muchos de los presentes. Como acompañante se cató uno de los vinos DO Ribera del Duero por excelencia, Carmelo Rodero Reserva de Bodegas Carmelo Rodero. Un vino que consigue enamorar a quien lo prueba.

Después de los snacks y los cuatro pases principales, llegó el momento de poner el broche final. Para ello, el equipo de Kabo presentó un prepostre muy particular con la intención de que los comensales limpiaran sus paladares. Se trataba de una esfera de albaricoque, pimienta rosa y naranja, una propuesta de lo más fresca que cumplía a la perfección con su cometido. 

Tras él, ahora sí que sí, llegó el tiempo de degustar un postre que no dejó indiferente a ninguno de los presentes. Se trataba de un helado muy especial, dispuesto sobre una base de almendras y elaborado con miel, tomillo, lavanda y endivia. Esta apuesta tan arriesgada y original consiguió que los comensales se atrevieran a adivinar sus matices, generando así un debate de lo más entretenido. Fue, sin duda, uno de los instantes más anecdóticos de la noche. 

Como acompañante de este último bocado, se ofreció una elaboración de la región húngara de Tokaj, el vino Vayi Tokaj Aszu. Gracias a esta selección, los presentes pudieron conocer más de cerca qué son los Puttonyos y las particularidades de este tipo de vinos. 

Fue un auténtico honor para Châpeau Wines haber contado con el equipo del Restaurante Kabo para esta gran celebración. Para nosotros, además de grandes profesionales, son grandes amigos a los que consideramos una parte indispensable de nuestra familia. No pudimos haber elegido unos mejores anfitriones para el reinicio de los eventos en Petit Comité. Gracias a ellos celebramos una velada de excepción que quedará para el recuerdo. 

Próximamente… Novedades.