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Cuando pensamos en champagne, la imagen de elegancia, celebración y burbujas festivas viene a nuestra mente. El champagne es la bebida por excelencia que ha deleitado a paladares de todo el mundo durante siglos. Aunque comúnmente su elaboración está asociada a uvas blancas, como Chardonnay, también es posible elaborar esta icónica bebida a partir de uvas tintas, como Pinot Noir. ¿No lo sabías? Los Champagne de uvas tintas, conocidos como Champagne Blanc de Noirs, encierran un misterio, una singularidad especial y un carácter distintivo. En esta entrada del Magazine, te sumergirás en el fascinante mundo de los Champagne Blanc de Noirs y descubrirás qué los hace únicos en el universo del champagne.

1. Origen de los Champagne Blanc de Noirs

El Champagne Blanc de Noirs, que en francés significa «champagne blanco de negros», se diferencia de los champagne tradicionales por la variedad de uva utilizada en su elaboración. Mientras que los champagne blancos y rosados se elaboran generalmente con una mezcla de uvas blancas (Chardonnay) y uvas tintas (Pinot Noir y Pinot Meunier)… Los Champagne Blanc de Noirs se producen exclusivamente a partir de uvas tintas. En particular, Pinot Noir y/o Pinot Meunier. Esta singularidad en la elección de la uva es lo que otorga a los Blanc de Noirs una personalidad única y una riqueza de sabores distintivos.

2. Características de los Champagne Blanc de Noirs

Los Champagne Blanc de Noirs son apreciados por su riqueza y complejidad aromática, así como por su elegancia y equilibrio en boca. Al utilizar uvas tintas, estos champagne adquieren una gama de sabores más profunda y una estructura más rica. Esto los convierte en una opción ideal para aquellos que buscan algo más audaz y distintivo.

El Pinot Noir y el Pinot Meunier aportan características únicas a los Blanc de Noirs. El Pinot Noir es conocido por su potencia y cuerpo, aportando notas de frutas rojas maduras, como cereza y frambuesa, junto con sutiles toques especiados. Por otro lado, el Pinot Meunier ofrece una frescura jugosa y alegre, con sabores de frutas blancas y cítricas.

3. Proceso de elaboración de los Champagne Blanc de Noirs

1. Selección de las uvas

El proceso comienza con la selección cuidadosa de las uvas tintas adecuadas para la elaboración del champagne. Las variedades más utilizadas para la elaboración de champagne a partir de uvas tintas son el Pinot Noir y el Pinot Meunier. Ambas aportan sabores frutales y estructura a la mezcla final. La correcta selección de las uvas es esencial, puesto que determinará el perfil de sabor del champagne  y su potencial para la fermentación.

2. Vendimia y vinificación

Las uvas tintas se cosechan a mano con el fin de evitar dañar los racimos y así, mantener su integridad. De forma inmediata tras la vendimia, las uvas se transportan a la bodega para su procesamiento. Una vez allí, se procede a realizar la vinificación. Este proceso incluye el despalillado y la maceración de las uvas, lo que permite extraer el color y los sabores de las pieles de las uvas tintas. 

3. La fermentación primaria

El mosto resultante pasa entonces a un proceso de fermentación primaria, uno de los pilares fundamentales en la creación de esta preciada bebida. El mosto de las uvas tintas se fermenta de forma similar al de los champagne tradicionales. 

Durante la fermentación primaria, los azúcares presentes en el mosto se convierten en alcohol y dióxido de carbono gracias a la acción de las levaduras naturales presentes en las uvas. Este proceso se lleva a cabo en grandes tanques de acero inoxidable y a temperaturas muy controladas, permitiendo que los aromas y sabores se desarrollen de forma óptima. En este punto, el vino aún no es espumoso, ya que la burbujeante efervescencia se desarrollará en etapas posteriores del proceso.

4. La mezcla o cuvée

Tras la primera fermentación, comienza otro de los pasos más importantes en la elaboración del champagne es la mezcla, también conocida como cuvée. En este momento, el enólogo tiene el deber de seleccionar, con gran sensibilidad y experiencia, los vinos base que formarán parte de la mezcla o cuvée. Estos vinos base provienen de diferentes parcelas y vendimias, cada uno con características diferentes, que influirán en el resultado final del champagne. 

Aquí es donde entran en juego las uvas tintas como el Pinot Noir, que aportan cuerpo y estructura. Por su parte, las uvas blancas como la Chardonnay, aportan frescura y elegancia. La combinación de los vinos base de uvas blancas y uvas tintas, lograrán el equilibrio perfecto entre fruta, acidez y complejidad.

Este proceso de mezcla o cuvée se suele realizar en grandes tanques de acero inoxidable en los que los vinos base pueden fusionarse a la perfección. 

5. La segunda fermentación

Después de la mezcla o cuvée, llega el momento crucial que da al champagne su característica efervescencia: la segunda fermentación. Para ello, se añade una mezcla de azúcar y levaduras al vino base y se embotella con tapones especiales que permiten que el dióxido de carbono quede atrapado. Esta segunda fermentación se realiza en la botella, lo que contribuye a la formación de las burbujas y la creación de la espuma tan característica del champagne. Este proceso se conoce como ‘método tradicional’ o ‘método champenoise’, del que hablaremos más adelante en nuestro Magazine. 

6. Envejecimiento y removido

Una vez realizada la segunda fermentación, las botellas se almacenan en bodegas subterráneas en las que podrán envejecer durante un tiempo determinado. Durante este periodo, que puede llevar varios años, las levaduras muertas liberan compuestos que aportan al champagne complejidad y riqueza aromática. 

Tras la maduración, se realiza el removido. Esta técnica consiste en girar cuidadosamente, y de forma gradual, las botellas en soportes inclinados, con el fin de que las levaduras muertas se acumulen en su cuello.

7. Degüelle y dosificación

Una vez finalizado el envejecimiento y removido, es momento de expulsar las levaduras muertas presentes en el cuello de la botella. Esto se conoce como degüelle. Para ello, el cuello de la botella se congela a baja temperatura, y al abrirlo, la presión expulsa las levaduras, dejando la botella libre de impurezas. 

Una vez finalizado el degüelle, es momento de la dosificación. Esto consiste en añadir una pequeña cantidad de licor de expedición, una mezcla de vino y azúcar, para ajustar el nivel de dulzor del champagne final. Esto permitirá lograr el estilo deseado: brut, seco o dulce. 

8. Embotellado y final

Después de la dosificación, el champagne se embotella definitivamente y está listo para llegar a nuestras copas y deleitar nuestros sentidos con su incomparable sabor y efervescencia.

4. Maridaje y ocasiones para disfrutar de los Champagne Blanc de Noirs

Los Champagne Blanc de Noirs son verdaderas estrellas versátiles en la mesa. Su riqueza de sabores y equilibrio los convierte en excelentes acompañantes de una amplia variedad de platos, desde mariscos y pescados hasta aves de caza y carnes blancas. También son ideales para resaltar la elegancia de aperitivos y canapés, convirtiendo cualquier ocasión en una celebración especial.

En cuanto a las ocasiones para disfrutar de los Blanc de Noirs, no es necesario esperar una celebración. Estos champagnes son perfectos para ocasiones informales y momentos especiales compartidos con seres queridos, como una tarde soleada en el jardín, una cena romántica o simplemente para brindar por la vida y sus pequeños placeres.

Los Champagne Blanc de Noirs son una verdadera maravilla enológica que merece la pena explorar. Su exclusividad, riqueza de sabores y elegancia los convierten en tesoros escondidos detrás de las burbujas. Al probarlos, te adentrarás en un mundo de sensaciones únicas y complejas, y apreciarás la magia que hay detrás de cada copa. La próxima vez que desees disfrutar de una bebida espumosa con carácter y personalidad, no dudes en deleitar tus sentidos con un Champagne Blanc de Noirs. ¡Salud!